¡Qué ricas las lágrimas
cuando corren a esconderse
tras los labios,
burbujas de sal y agua,
tan saladitas,
aunque haya que
llevarse un buen berrinche!
¡Ay qué disgusto!
¡Ay qué ricas que saben
las lágrimas,
brillantes como
perlas de agua
y sal!
¡Ay, las lágrimas! ¡Cuánto dicen, cuánto sienten!
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